viernes, 30 de junio de 2017

Organizan encuentro sobre la producción de textiles



Buscando articular a productores de textiles del sur del país y proveedores de maquinaria e insumos, el Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, en coordinación con la Alcaldía de Sucre y Pro Bolivia, organiza un encuentro para el próximo 6 y 7 de julio en el Polideportivo de Garcilazo.

En las dos jornadas, los productores de textiles recibirán capacitación gratuita sobre el uso de nuevas tecnologías, manejo de materia prima e insumos, y tomarán contacto con empresas proveedoras y entidades financieras. Al día siguiente, sábado 8 de julio, en la Casa de la Cultura Universitaria, se realizará una feria textil y pasarela de modas.

“Estos eventos que generan una articulación específica en la necesidad de materia prima, insumos y maquinaria es importante visibilizarlos, en ese marco nuestros hermanos productores van a tener la oportunidad de ver, en función a los proveedores, maquinaria, materia prima e insumos”, manifestó el viceministro de la Micro y Pequeña Empresa, Saturnin Ramos.



miércoles, 14 de junio de 2017

Comerciantes de ropa de invierno deploran bajas de 30% en ventas



Noemí Guzmán decidió cerrar su fábrica de calzados en 2012, desilusionada por la fuerte carga impositiva y constantes demandas laborales, ya que no podía afrontar los costos de los beneficios sociales impulsados por el Gobierno Central. De este modo, puso fin a su sueño de 15 años, llenos de sacrificios, pero también de deudas en el banco, ya que durante este periodo invirtió 200 mil bolivianos en materias primas y otros 200 mil en maquinarias y equipamientos.

Desde hace tres años ofrece ropa de invierno en su tienda ubicada en la avenida San Martín, a pocos metros del Palacio de Justicia de Cochabamba. Dejó la producción nacional para dedicarse a la reventa de productos importados. Para ello tuvo que despedir a las 35 personas que empleaba en su emprendimiento. A pesar de sus esfuerzos, considera que poco se vende hasta el momento.

“Estamos en la lucha, no está mejor”, sostiene para describir el estado actual de su negocio. En junio del año pasado lograba vender unas 30 prendas por día. Este año, la cifra ronda por los ocho. “Muy poca gente compra, estamos hablando de un porcentaje mínimo porque la mayoría de la gente compra en el mercado ropa nacional, y en este lugar están usando las del banco, abogados, del juzgado”, agregó.

Cae la temperatura, y con él las temperaturas, pero las ventas de ropa invernal parecen estar igual de frías. Al menos así lo expresan los comerciantes de esta indumentaria en los mercados de la zona sud, tiendas y otros centros comerciales, en entrevista con este medio.

Los vendedores advierten, en promedio, de una caída en las ventas que varía entre el 20 y el 30 por ciento con relación a junio del año pasado. El contrabando, la fuerte competencia, la oferta de ropa usada y un contexto de crisis económica nacional son algunos de los factores señalados por los comerciantes para interpretar las bajas ventas en lo que va del mes.

En contrapartida, las prendas de vestir también suben de precio. Los vendedores calculan que hubo un promedio de 20 bolivianos de incremento por unidad, lo que contribuye a agravar la situación del comercio durante la temporada de frío.

Los comerciantes minoristas adquieren las prendas importadas desde los puertos de Chile y Perú, con un fuerte porcentaje de ropa fabricada en Corea del Sur, seguida por la mercadería china, según los testimonios coincidentes recabados por los comerciantes.

Por su parte la vestimenta nacional es relegada por los comerciantes, ya que consideran que no tienen una buena calidad de materias primas, aunque sí de costura. Por este motivo, ofrecen prendas fabricadas en La Paz, seguidas de las cochabambinas.

El caso de Noemí Guzmán no es el único, más al contrario, se repite en otros sitios de la ciudad y otras modalidades del mismo rubro. Tal es el caso de Marta Laura, una comerciante que vende ropa invernal desde hace 30 años en inmediaciones del mercado San Antonio, quien afirma que la crisis en las ventas le impide pagar la luz de su puesto y de su casa.

“Las ventas cayeron a la mitad, antes me vendía 300 o 400 bolivianos al día. Ahora se vende 200 bolivianos, a veces sólo dos o tres prendas al día. Eso es para comer. Para los caseros y para el depósito no ganamos más nada”, explicó Laura.

Productores reportan pérdidas

El presidente de la Federación Departamental de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Fedemype), Salustiano Acapa, sostiene que en esta época del año los productores lograban vender hasta el 80 de su producción.

Según Acapa, en julio ya se vendía el 100 por ciento de la producción de la temporada. Sin embargo, el contrabando y la falta de control por parte del esto hace que esto ya no ocurra.

Las pérdidas para el sector se posicionan en un promedio del 40 por ciento durante esta temporada, lo que contribuye a la generación de más desempleo entre los pequeños y medianos empresarios locales, añade. “Tenemos que despedir no podemos estar soportando, hacer producir, producir y ya después no poder comercializar porque ya no se puede, no hay la capacidad de sostener a estos compañeros trabajadores”, agrega.

Por su parte, el presidente de la Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (Conamype), Humberto Valdivieso, afirma que las ventas de la ropa de invierno a nivel nacional han caído en un 60 a 70 por ciento en los últimos seis años. “No hay un control de la Aduana, no hay materia prima, no existen parques industriales, no hay condiciones de trabajo en Bolivia. Por eso es que hay una aceleración hacia el contrabando, y una desaceleración profunda hacia la producción”, agrega Valdivieso.

Finalmente, sostiene que nuestro país no cuenta con las condiciones que permitan dar competitividad a los emprendedores frente a las caídas de las ventas registradas durante las temporadas que antes eran sólidas para el comercio.



"Conamype reporta un descenso de 70% en los últimos seis años"



LA MICROEMPRESA PIDE LA APROBACIÓN DE UNA LEY QUE REGULE ESTE MERCADO

Culpan a la ropa usada, pero también se reportan bajas en las ventas de este rubro

Los presidentes de la Federación Departamental de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Fedemype), Salustiano Acapa, y de la Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (Conamype), Humberto Valdivieso, además de los comerciantes de ropa de invierno consultados por Los Tiempos, aseguran que la venta de la ropa usada es uno de los factores primordiales que ocasionaron la caída de su mercadería. Sin embargo, los vendedores de ropa usada de Cochabamba también se quejan de bajones de 30 por ciento en sus ventas.

El secretario general del Comité de la Ropa Usada de Cochabamba, Ediberto Colque, asegura que el comportamiento negativo de las ventas fue provocado por la continua aparición de revendedores provenientes desde el occidente del país, como las ciudades de Oruro y La Paz.

“El año pasado todavía estaba un poco mejor, ha habido siempre un bajón, hay una competencia desleal y realmente una proliferación de comerciantes y no es solamente en Cochabamba es a nivel nacional, sostiene.

Según Colque, el desempleo y la falta de políticas públicas por parte del Gobierno contribuyen a que muchas familias desempleadas decidan invertir pequeños montos de dinero para la venta de ropa usada.

“En época de invierno subía el consumo de ropa gruesa, ropa de abrigo, como poleras mangas largas, chompas, chamarras, todo eso. En este tiempo un poquito se eleva la venta, pero no siempre como antes. Es difícil que lleguemos a la comercialización como en las anteriores épocas”, dijo Colque.

Berta Camacho, que tiene su puesto de venta de ropa usada en la avenida San Martín, confirma las estimaciones de Colque. Su negocio, según explica, soporta una disminución del 20 por ciento de sus ventas con relación a 2016. A pesar de ello, asegura que logra mantener ese porcentaje, ya que importa ropa de primera calidad fabricada en Europa y Estados Unidos, lo que atrae a sus clientes.

“La gente no quiere la mercadería nacional porque dice que no dura, no les aguanta. Dicen que es desechable, una puesta y ya no hay”, explica.

Asimismo, agrega que las chamarras, las poleras, los chalecos y abrigos de pluma son los productos que los clientes prefieren para esta temporada, cuyos precios varían entre los 100 y 180 bolivianos, dependiendo de la prenda.

Ley mypes y de competencia

El presidente de Conamype, Humberto Valdivieso, quien ve en la ropa usada una competencia desleal, resalta la importancia de la ley de la Micro y Pequeña Empresa. Asimismo, reitera la necesidad de avanzar en la ley de competencias para el control de ropa usada, que permitirá reforzar el sector productivo de Cochabamba.

“Vamos a exigir que salga esa ley porque se tiene que controlar el mercado y el mercado está avasallado de ropa usada y de ropa china”, explica.

La ley mype establece la creación de un fondo de 10 millones de bolivianos para canalizar créditos y proyectos productivos.

También establece la creación de un registro único para las micro y pequeñas empresas que permitirá la acreditación para el funcionamiento legal.



"LA ROPA USADA HACE REBAJAR"

Cándida de Crespo vende ropa de invierno desde hace 30 años en el mercado de San Antonio. Ofrece chompas desde 50 bolivianos

Cándida de Crespo ofrece chamarras, chompas y otras prendas de invierno desde hace 30 años en su puesto ubicado en el mercado San Antonio de Cochabamba.

Su trabajo le permitió mantener a su familia y hacer estudiar a sus hijos. Sin embargo, el ingreso de ropa usada a los mercados de la ciudad provocó una caída del 30 por ciento en sus ventas, según explica. “Ha bajado especialmente este año. Hay mucho comerciante de la ropa usada. Es lo que hace rebajar harto, especialmente de la ropa usada, hace que se pierda que nosotros podamos vendernos”, dice.

Para esta temporada, ofrece prendas chilenas y peruanas, además de paceñas en costos que van desde los 50 hasta los 150 bolivianos. La comerciante tuvo que aumentar cerca de 20 bolivianos por cada unidad, debido al incremento registrado con los mayoristas.

A pesar de los aumentos, los clientes adquieren principalmente chompas desde 50 hasta 60 bolivianos. La comerciante afirma que son sus peores ventas de los últimos cinco años. Sin embargo, el conflicto comenzó a generarse hace más de 20 años, con la reubicación de las familias mineras que adquirieron ropa usada para subsistir, asegura.

“La peor época sería lo que nos ha arruinado la ropa usada, porque más antes ropa nacional sabíamos agarrar. Ahora, importado. Era tranquilo, había venta”, explica.



"PREFIEREN ROPA EXTRANJERA"

Juan Policarpio ofrece chamarras que trae desde la ciudad de La Paz. Destaca la calidad del cuero paceño y también de las telas coreanas

Las chamarras que Juan Policarpio ofrece en su puesto del mercado La Paz dejaron de venderse un 30 por ciento menos que el año pasado, según sus cálculos. Sólo ofrece chamarras y abrigos coreanos, porque considera que sus clientes prefieren este tipo de prendas, ya que son más “conocidas” que las que se producen en Cochabamba o La Paz, aunque cuesten más.

“Más que todo es la ropa usada (la causa de sus bajas ventas). Es la gran dificultad para todos los comerciantes de aquí. No tenemos materia prima buena para este tipo de prendas, tal vez algunas prendas ha mejorado la calidad de la materia prima”, explica.

Cientos de vendedores deben afrontar el incremento de las prendas al por mayor que adquieren en los puertos de chilenos y peruanos. Asimismo, se ven obligados a incrementar el precio de sus prendas al público para lograr obtener ganancias entre 15 y 40 bolivianos.

“El año pasado podríamos vender por lo menos unos 2 mil bolivianos diario, hoy en el día ni a mil llegamos”, lamenta el comerciante.

La escasez en las ventas se hacen notar en el mercado La Paz, según constató este medio durante un recorrido a diferentes comercios. Los clientes se acercan, preguntan y siguen caminando en busca de mejores precios.

lunes, 12 de junio de 2017

Ya tenemos que vender hilo...


200

Toneladas de fibra de camélidos procesará anualmente la factoría, que proveerá con hilo y tela de alpaca a reconocidas diseñadoras como Beatriz Canedo y Liliana Castellanos, para que elaboren sus prendas de vestir.

En junio de 2015, el Gobierno anunció que la planta de la estatal Empresa de Transformación de Fibra de Camélidos Yacana, tenía una inversión que ascendía a $us 37 millones. Asimismo, comunicó que procesaría 200 toneladas de fibra de camélidos, e iniciará operaciones en mayo de 2016.

El presidente Evo Morales dijo que la segunda industria del Estado establecida en el Parque Industrial de Kallutaca de El Alto, sería la fábrica de hilos de lana de alpaca y de llama Yacana. “No podemos seguir llevando lana de alpaca al Perú y que el producto retorne como hilo para que luego nosotros mismos la compremos, tenemos ya que vender hilo”, manifestó.

Para conocer más

* Se instalarán centros de acopio de lana de alpaca en el municipio de Pelechuco, La Paz y de lana de llama en el municipio de Turco, Oruro; se brindará capacitación a los pobladores de esas localidades.

* La planta generará 200 empleos directos; allí se producirán telas, hilo y otros productos de lana de alpaca y de llama.

* Esos productos tienen una gran demanda en el ámbito internacional, sobre todo en países de Europa dónde son bastante apreciados por su elevada calidad y delicadeza.

* El 16 de abril de 2014, el Gobierno aprobó, vía Decreto Supremo 1979, la organización e instalación de la Empresa Estatal Yacana.

* La empresa tiene como objetivo el aprovisionamiento de materia prima, producción, industrialización y comercialización de productos que son parte del Complejo Productivo de Camélidos.

* La estatal Empresa de Transformación de Fibra de Camélidos Yacana es dependiente del Ministerio de Desarrollo Productivo.

Pese al contrabando, la industria textil es pilar de la producción nacional

Hasta 2014 esta industria generó aproximadamente 167.500 empleos directos. Hasta finales de 2015, había 51.938 microempresas, 856 pequeñas y medianas empresas (Pymes) y 45 empresas grandes. Actualmente, el 90% de la industria textil en Bolivia se concentra en el eje central del país: 60% en La Paz, 17% en Cochabamba y el 13% en Santa Cruz.

Hasta 2015, la contribución de la industria textil boliviana al Producto Interno Bruto (PIB) era del 0,9%, equivalente a 451 millones de dólares, es decir que su contribución no llegaba ni al 1%, considerando que el PIB nacional hasta 2016, era de aproximadamente 33 mil millones de dólares. Este rubro está severamente afectado por el ingreso de mercadería ilegal al país, en especial ropa usada y prendas chinas; aun así, el Viceministerio de la Micro y Pequeña Empresa del Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, sostiene que esta industria es uno de los pilares en cuanto a producción en Bolivia. Se espera que hasta fin de año empiece a operar la estatal Empresa de Transformación de Fibra de Camélidos Yacana, con materia prima transformada en el país.

Según Saturnín Ramos, viceministro de la Micro y Pequeña Empresa del Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, que días atrás estuvo presente en la Expo CapitaL, la industria textil es uno de los “fuertes” de la industria nacional, porque abarca el 22% del 32% de la productividad a nivel nacional, complementado con las otras áreas de transformación como la madera, metalmecánica y alimentos.

“Los textiles son el área fuerte en cuanto a producción en Bolivia, pero se hace con materia prima importada, ese es el problema. El Estado no ha podido consolidar la transformación de materia prima en el área textil hasta ahora; estimamos que hasta fin de año la empresa estatal Yacana ya estará produciendo fibra natural y el complemento, es decir, la parte sintética, que se logrará con la separación de derivados del petróleo, para generar plástico o polietileno y así conseguir la certificación de origen en el país, se tendrá que esperar un poco más”, manifestó la autoridad.

Según Ramos, hasta 2015 la contribución de la industria textil boliviana al PIB era del 0,9%, equivalente a 451 millones de dólares. Asimismo, informó que la industria textil en Bolivia contribuyó a la industria nacional con un 10,9%, en 1999; con un 9,5%, en 2006 y con un 5,5%, en 2015.

Entre otros datos económicos, señaló que hasta 2014 esta industria generó aproximadamente 167.500 empleos directos. Por otra parte, aseguró que hasta finales de 2015 había 51.938 microempresas, 856 pequeñas y medianas empresas (Pymes) y 45 empresas grandes.

Actualmente, el 90% de la industria textil en Bolivia se concentra en el eje central del país: 60% en La Paz, 17% en Cochabamba y el 13% en Santa Cruz.

Promover la productividad nacional

La principal preocupación de esa cartera del Estado es generar en la población boliviana una conciencia de consumir “lo nuestro”, o sea, productos nacionales. Ramos dijo que los medios de comunicación audiovisual motivaron a la juventud a consumir marcas internacionales, yendo en contraposición de lo que trata de hacer el Viceministerio. “Los medios de comunicación, con todo respeto, se van más al interés de la parte comercial y económica y no a la conciencia del consumo de productos nacionales”, criticó.

Ramos sostuvo que en las calles de las ciudades bolivianas prima la venta de productos de contrabando, en especial de ropa usada y productos chinos, y lamentó que el control de esa actividad con la intervención municipal y departamental aún no se haya consolidado.

“Desde hace años Chile empezó a trabajar en una guerra, no de armas, sino una guerra económica; es el único país que maneja y administra ropa usada en frontera, es difícil determinar los porcentajes que manejan, pues como todos saben, altas autoridades del Estado chileno están metidas en el tema de contrabando”, señaló.

El Estado boliviano es una instancia de decisión a la que le falta complementar sus brazos operativos, que en este caso son los municipios. “Hay una normativa que está en el Legislativo, que lastimosamente está postergada en su promulgación por (presión) del sector de ropa usada”, manifestó.

El Viceministro añadió que otro factor negativo es que en este momento no se tiene una industria textil consolidada, producto de la enajenación y la capitalización de empresas que en su momento generaron una deserción en el tema laboral.

Hay gente retirada de esas empresas que hoy en día forma parte del grueso que genera su propio auto empleo. “La idiosincrasia y la forma de ser del boliviano es que siempre ha sido trabajador, nunca ha sido flojo y siempre busca el mecanismo para sostener a su familia”, finalizó.

22.000 empresas textiles cerraron en el país

Según datos proporcionados por la Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (CONAMYPE) en pasados días, el contrabando, la legislación nacional y la falta de mercados están asfixiando a la industria textil boliviana, pues durante el último año, alrededor de 22 mil empresas textiles, entre micro y pequeñas, cerraron en el país.

El presidente de la Conamype, Humberto Valdivieso, precisó que el ente que dirige cuenta con 650.000 afiliados a nivel nacional, de los cuales en la actualidad 162.500 se dedican a los textiles y 195.000 que fabrican alimentos.

El dirigente detalló que el último año cerraron al menos 55 mil micro y pequeñas empresas de los diferentes rubros en todo el país, de las cuales casi el 40 por ciento corresponden al sector textil.

Destacó que hasta hace un par de años, los textiles superaban en número al resto de los rubros, aunque pese a la caída que registran siguen siendo pilar de la economía boliviana.

“El rubro de alimentos es el único que tiende a crecer, aunque levemente, en 2 o 3 por ciento cada año. Tampoco es fuerte, pero es el único rubro que se encuentra en condiciones, porque todos los (otros) rubros de Bolivia están en una sobrevivencia, por falta de protección”, enfatizó Valdivieso.

¿Qué piensa la Cadex sobre la industria textil en Chuquisaca?

De acuerdo con la información proporcionada por la gerente general de la Cámara Departamental de Exportadores (CADEX), Gisela Morales, el sector textil en Sucre y Chuquisaca tuvo algunos casos de éxito en los últimos años en el área de textiles, empresas como Awaj Warmi y otras locales que ofertan productos a la demanda de colegios e instituciones persisten en el mercado, sin embargo, habían otras empresas que exportaban tejidos en algodón que tristemente dejaron de producir, debido a los pocos mercados y la demanda temporal, sobre todo en Europa.

“Debemos reconocer también que cuando hablamos del sector textil debemos mencionar al principal producto que se exporta que es el de fustes o campanas para sombrero terminado”, manifestó.

Los datos de exportación reflejan que si bien se exporta fustes o campanas para sombrero terminado y prendas de tejido de alpaca no se ha diversificado la producción, debido a la difícil situación que un empresario privado debe sobrellevar con los incrementos en los salarios establecidos por el Gobierno, la baja en la productividad del personal, falta de incentivos para diversificación de producción y programas públicos que impulsen a ese sector.

Morales dijo que los mercados están abiertos no solo para la exportación, hay que comprender que la exportación es una opción a la cual se recurre cuando el mercado local y nacional no es grande. Si bien los mercados existen se debe considerar que el ingreso de productos del sector textil tiene que asumir retos de calidad, innovación e introducir diseños en las prendas de vestir.

Centros de Innovación Productiva

Pro Bolivia es una entidad pública desconcentrada dependiente del Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, destinada a impulsar el incremento de la productividad y la diversificación de la matriz productiva, mediante la investigación e innovación tecnológica, asistencia técnica, capacitación y el acceso a la información, generando servicios, bienes, programas, proyectos y normas técnicas en beneficio de las unidades productivas manufactureras del país, orientada bajo los principios de complementariedad, eficiencia, transparencia, responsabilidad y compromiso.

De acuerdo con la información proporcionada por Marina Nina, consultora en Comunicación de Pro Bolivia, los Centros de Innovación Productiva (CIP), son centros especializados que promueven la dinamización y articulación de actores de los complejos productivos a través de sus servicios: investigación, innovación, transferencia tecnológica especializada y prestación de servicios técnicos, en el marco de las políticas de desarrollo productivo, facilitando la democratización y acceso a la tecnología priorizando micro y pequeña empresa, contribuyendo a mejorar la productividad y la diversificación productiva, con un enfoque de equidad de género, interculturalidad y producción más limpia.

Pro Bolivia cuenta con cinco Centros de Innovación Productiva (CIPs), que en general desarrollan programas y proyectos de innovación productiva especializada, ejecuta labores de asesoramiento técnico y tecnológico y acompañamiento especializado.

CIP Textil Camélidos El Alto

Laboratorio para análisis de productos de fibra textil.

Servicios en análisis y certificación de fibra camélida y teñido de hilo.

Apoyo en los procesos textiles desde el hilado al terminado de prendas.

CIP Cuero Cochabamba

Sala de máquinas (armado de puntas y talones de calzados)

Diseño y mordería (CAD/CAM) de seriado y escalado computarizado y servicio de corte

Laboratorio especializado en ensayos físicos del cuero y otros

CIP Madera El Alto

Tratamiento (secado) de materia prima.

Soporte tecnológico y productivo para carpintería y mobiliario.

CIP Textil

Camélidos Potosí

Procesos textiles desde el hilado, hasta el terminado de prendas.

Servicios en análisis de fibra camélida y teñido de hilo.

Investigación tecnológica del sector textil, fibra camélida.

CIP Madera San Buena Ventura

Dotación de una máquina de afilado y estelitado de sierras de aserradero.

Capacitación y Asistencia técnica en aserrío y mantenimiento de maquinaria (sierras).

domingo, 11 de junio de 2017

Ropa americana, el negocio que mueve a más de 2.000 personas



El negocio de la venta de ropa usada en Tarija se incrementó en estos últimos años, de tal manera que cada día de la semana existe una feria establecida en uno o más barrios de la ciudad. A ello se suman las tiendas o shoppings permanentes ubicadas en el centro de la ciudad.

Es así que esta actividad actualmente aglutina a más de 2.000 comerciantes, sólo en la capital tarijeña.
El secretario de actas del Comité Departamental de los Comerciantes de Ropa Usada, Percy Cardozo, expresó que en Cercado se registran alrededor de 2.000 gremiales que se dedican a este rubro. El número incrementa si se toma en cuenta a los provinciales, no obstante no hay un censo departamental que emita datos precisos.
El dirigente refirió que el desempleo es el motivo por el cual la cantidad de comerciantes aumentó en estos últimos años. “Se ha seguido recibiendo notas de afiliaciones durante estos últimos cinco años por la realidad del departamento y del país: la falta de empleo. Hay gente que trabajaba en la Gobernación, en las Alcaldías pero a raíz de su despido, del recorte de personal por la crisis o cierre varias empresas, han venido a dar a nuestro sector”, sostuvo.
Consultado sobre si hacen el control a los mayoristas, Cardozo dijo que indagaron sobre ello, sin embargo no los identificaron en Tarija. Señaló que éstos están en la Kantuta en Oruro, razón por la cual manifestó que es allí donde la Aduana Nacional debería actuar, sin necesidad de denuncia.
Agregó que les indigna que el Gobierno Nacional ataque al sector minorista sin tomar en cuenta la situación económica que vive la población en Tarija.

Ropa china
En caso de aprobarse la ley que prohíbe este tipo de actividad, los comerciantes aseguran que se dedicarán a la venta de ropa china.
“El 90 por ciento tiene previsto trabajar con la ropa china, entonces ahí sí va a ver el sector textilero el verdadero efecto negativo que causa esa ropa. Nosotros vamos a traerlo porque sale más barato adquirirlo y se vende más rápido”, dijo.

Fabriles
Los trabajadores fabriles en reiteradas oportunidades reiteraron la afectación que sufren las empresas textileras por la internación de este tipo de mercancía, pues al comercializarse la gente deja de lado la producción nacional. Es así que la economía en general se ve perjudicada.
El secretario general de la Confederación de Trabajadores Fabriles de Bolivia, Denis Cuevas, manifestó que en esta gestión se cerraron más de 20 empresas textileras en La Paz. Razón por la cual piden la eliminación de la actividad de la venta de ropa usada y productos chinos.
“La ropa usada y la ropa china son un veneno para el sector fabril”, dijo a tiempo de señalar que solicitarán que también se prohíba la importación de ropa china, pues de igual manera que la americana, afectan a las empresas bolivianas.
Aduana
El 29 de mayo la Aduana Nacional y otras instituciones por denuncia allanaron dos depósitos-tiendas de ropa usada en el centro de la ciudad. A su vez, constantemente realizan trabajos de comisos en el puesto de control de Pajchani, La Mamora y fronteras del departamento.
Por estas acciones esta institución de control fue objeto de amenazas de parte del sector gremial. Aseveraron que lincharán a funcionarios aduaneros si hacen algún comiso más.
En este sentido, el gerente de la Aduana Nacional, regional Tarija, Marcelo Miranda, expresó que ya presentaron la denuncia formal ante la Fiscalía en contra de Luís Fernando Álvarez y Percy Cardozo.
Explicó que mientras el proyecto de ley que prohíbe este comercio esté paralizado, no se pueden ingresar a las ferias a hacer los comisos respectivos.
El País eN hizo una inspección a los recintos aduaneros donde se hace la inutilización de la prendería usada. Constató que 20 toneladas de ropa americana es “picada” para enviarla a empresas textiles de La Paz.

Economista: la venta de ropa usada tiene 2 caras

El economista José Luis Porcel, en su análisis, indicó que la comercialización de ropa usada es un problema estructural, inicialmente fomentada por el Gobierno. Sin embargo, como ahora se le fue el control, trata de reprimirlo.
“Es un comercio que tiene dos caras, por un lado es totalmente nocivo, dañino para la economía nacional y para la salud de los habitantes que utilizan esa ropa, y por otro lado es un problema estructural porque son personas que trabajan por necesidad ante la incapacidad que tiene el Gobierno de no poder generar fuentes de trabajo o no generar las condiciones para que hayan empresas”, dijo.
Es así que esas personas se ven obligadas a incurrir en esa actividad para generar ingresos económicos para su sustento.
Porcel señaló que la salida al problema no es promulgar una ley que prohíba ese comercio, sino crear fuentes laborales.
Fue enfático al mencionar que el Gobierno Nacional gasta “mucho” dinero en publicidad, pero esta no es productiva, por lo que debería invertir esos recursos en la creación de micro empresas en el país.
Pues de esa manera los comerciantes podrían pasar a ser personas “productivas”.
Expresó que si esos comerciantes optan por trabajar en la venta de ropa china, es seguro que esa mercancía tampoco ingrese por la vía legal, por lo que simplemente se reemplazaría un problema por otro.
“Y así se destruirán las pocas empresas textiles e industriales que hay en Bolivia”.
Puntualizó que es importante que, como bolivianos, “consumamos la producción nacional”.

Fondos de reactivación productiva en investigación

El secretario de actas del Comité Departamental de los Comerciantes de Ropa Usada, Percy Cardozo, refirió que en el año 2006 el Gobierno Nacional promulgó el Decreto 28061 que señala la prohibición de la internación y comercialización de prendería usada; y la reconversión productiva para ese sector.
De los 80 millones de dólares destinados al sector, sólo se utilizó 14 millones. El saldo no se sabe dónde está, por lo que piden que se continúe la investigación y se esclarezca el caso.

jueves, 8 de junio de 2017

Estudian etiquetar productos nacionales



El Gobierno trabaja en implementar el etiquetado de productos de cuero y textiles, ante la importación de ropa de procedencia china.

Durante la presentación del Premio a la Excelencia 2017, el viceministro de Producción Industrial a Mediana y Gran Escala, Néstor Huanca Chura, señaló que debido a la importación de ropa china y para la protección de la industria nacional, se pretende etiquetar los productos nacionales, especialmente en los sectores de cuero y textiles. Para ello, los siguientes meses se trabajará esta posibilidad con otras carteras de Estado.

“El tema de protección a la industria nacional es una preocupación. Con el Viceministerio de Comercio Interno y Exportaciones estamos formulando medidas como el tema del etiquetado en los sectores de cuero y textiles. Esta medida protegerá la importación de algunos productos que puedan generar competencia en la producción nacional”, sostuvo el viceministro Néstor Huanca.

En mayo, el Ejecutivo suspendió el tratamiento del proyecto de ley sobre la comercialización de la prendería a medio uso.

miércoles, 7 de junio de 2017

Ropavejeros y Evo debatirán norma de venta



El ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural, Eugenio Rojas, anunció el miércoles que el presidente Evo Morales se reunirá con los comerciantes de ropa usada o de segunda mano, una vez que retorne al país proveniente de Bélgica, para debatir el proyecto de ley de control municipal a la venta de esa mercadería.


"El presidente, seguramente, una vez que esté acá, con tiempo, va a convocar a los representantes de este sector", dijo Rojas, en declaraciones a los periodistas.



En mayo, la Asamblea Legislativa Plurinacional paralizó la aprobación del proyecto de ley que busca que las alcaldías asuman el control de la comercialización de esa prendería, después de que los comerciantes se movilizaron en el país.


Rojas pidió a ese sector presentar propuestas y alternativas para modificar la norma antes de la reunión con el jefe de Estado. "Escucharemos primero cuál es su propuesta", remarcó.

martes, 6 de junio de 2017

Los ropavejeros amenazan con “linchar” a aduaneros



Los comerciantes de ropa usada de Tarija, la mañana del lunes, protagonizaron una marcha y un mitin frente a la plaza Luís de Fuentes y Vargas.

Manifestaron que esa será la última advertencia que hacen a la Aduana Nacional, pues rechazan cualquier intento de que ésta ingrese a las ferias para hacer los decomisos. Amenazaron con “linchar” a cualquier funcionario aduanero que intente confiscar los productos que ofrecen.

El secretario de actas del Comité Departamental de los Comerciantes de Ropa Usada, Percy Cardozo, aseguró que ya no permitirán más decomisos. Indicó que en la tranca de Pajchani se cometen abusos por parte de la Aduana Nacional a sus compañeros gremiales, razón por la cual pretenden ponerle un alto a esa situación, exigen que se les permita trabajar para obtener recursos económicos para sustentarse.

“(La manifestación) es en contra de la Aduana por haber allanado las tiendas y querer pretender meterse en las ferias (…). Nosotros como sector de ropa usada hoy hemos declarado la guerra, aduanero que sea sorprendido que quiera allanar las próximas tiendas o meterse con las ferias prácticamente van a salir linchados de ahí. No nos queda otra, nos orillan a hacer esto”, enfatizó.

Añadió que actualmente hay un vacío en la norma, pues ni la Aduana ni los Gobiernos Municipales tienen competencia para decomisar en las ferias. Reconocen que la actividad que realizan es ilegal, sin embargo, indican que los aduaneros están prohibidos de confiscar a los minoristas.

“Esta es la última marcha pacífica, la medida ya está tomada es el bloqueo en la tranca de Pajchani”, dijo. Sin embargo, aún no hay fecha para ello. En Tarija son más de 2.000 comerciantes que se dedican a este negocio.

Al respecto, el presidente de la Federación Departamental de Juntas Vecinales (Fedjuve) de Tarija, Edwin Rosas, declaró que todos tienen el derecho al trabajo; no obstante afirmó que se debe buscar un punto medio en el que no se perjudique la economía del sector textil del país.

“Se quiera o no lamentablemente la ropa americana ha copado todas las ferias, entonces pienso que hay que actuar con cautela, pero lo que hay que decomisar se debe decomisar. Todos tenemos que entrar dentro de un régimen de control y la ropa americana no está exenta de aquello”, puntualizó.

lunes, 5 de junio de 2017

Camélidos: el salvavidas textil de Bolivia

La vicuña es uno de los más grandes tesoros del país. Es el más pequeño integrante de los camélidos suramericanos, su lana es similar a la de la alpaca y su comercialización bastante más económica, lo que ha impulsado fama y su demanda.

La alpaca y las fibras provenientes de los camélidos atraviesan un excelente momento en el extranjero. La prohibición de las fibras como la angora y la dificultad por costo y consecución de la cachemira, sumados a las bondades de la alpaca, han convertido a la fibra latina en un “must” internacional.

Tradicionalmente, Perú y Bolivia son los más grandes productores de estas fibras en el mundo, siendo Perú el líder del mercado de la alpaca, con cerca de un 80% del total mundial, mientras Bolivia se corona en las otras fibras camelias.

Si bien la economía textil de Bolivia se encuentra golpeada y fragmentada luego del cierre de Enatex, el alza en el contrabando y la competencia desleal por cuenta del mercado ‘negro’ de las prendas de segunda mano, el rubro textil lanífero ve un alza de más del 35% en sus ventas.

El costo medio de una tonelada de lana virgen de vicuña sin proceso ronda los $500 dólares, es de origen 100% boliviano y se exporta ya a más de 10 países en el mundo entre ellos Italia, Francia y Reino Unido, donde sean empleados en el mercado del lujo.

La vicuña es uno de los más grandes tesoros del país. Es el más pequeño integrante de los camélidos suramericanos, su lana es similar a la de la alpaca y su comercialización bastante más económica, lo que ha impulsado fama y su demanda.

Ropavejeros se ven sin opción a otros trabajos


DECRETO 28761

El Decreto Supremo de 21 de junio de 2006, promulgado por el gobierno del presidente Evo Morales. En el mismo se estableció que el 21 de abril de 2007 sería el plazo final para la importación de ropa usada al país, y el 1 de marzo de 2008 el plazo final e indefectible para la venta. El Gobierno argumentó en esa época la defensa de la soberanía del país y que éste no era el basurero de Estados Unidos. No se avanzó en la reglamentación de dicho decreto y los plazos nunca se hicieron cumplir.

La venta de ropa usada en Sucre es un negocio cuyos involucrados ven con dificultad la posibilidad de migrar a otros rubros ante la escasez de empleos estables. El negocio no siempre reporta altas tasas de retorno para capitales fluctuantes que constantemente sufren las consecuencias de los decomisos aduaneros.

En Sucre, los comerciantes de ropa usada o también conocida como “ropa americana” están organizados en asociaciones de comerciantes asentados en las zonas de San Juanillo, las calles Marzana y Man Césped y el mercado El Morro. Una de ellas, probablemente la más grande, la Asociación de Ropa y Prendería A Medio Uso tiene aproximadamente 350 afiliados, pero el número fácilmente podría aumentar ya que en los últimos meses, en los alrededores del mercado Campesino, mucha gente empezó a dedicarse a este negocio y no está afiliada. También se abrieron nuevos puestos de venta de ropa americana en los mercados de Poconas y San Antonio. El rubro involucra la venta de ropa, prendería, juguetes y enseres, entre otros productos usados.

Mientras la presidenta de la Comisión Nacional de Defensa de la Ropa y Prendería a Medio Uso, Elizabeth Verástegui, señala que en Bolivia unas 250 mil personas se dedican a este negocio, en Sucre, el presidente de la Asociación de Ropa y Prendería A Medio Uso, Abner Vargas, considera que esa cifra es aún mayor.

Hace cinco años se tenía una cifra de 250 familias en el país, que se dedicaban a la venta de ropa americana, y actualmente están entre 500 mil o más de 1 millón “y en muchos casos la venta de ropa usada es su única opción de trabajo además de no tener capitales cuantiosos”, considera Vargas.

El capital que manejan los vendedores varía según el producto que se venda. Por ejemplo, un vendedor de calzados americanos que compra al detalle puede llegar a manejar un capital de entre $us 5.000 a 10.000, en tanto que un vendedor de ropa usada puede llegar a manejar unos diez fardos con un capital de entre $us 4.000 a 5.000.

El fardo de ropa usada puede costar entre $us 150 y 400 en calzados, dependiendo de la calidad de mercancía, y se lo adquiere en la feria de Oruro, conocida como "Kantuta".

Los vendedores de ropa usada de Sucre en su mayoría compran sus mercancías en Oruro hasta donde llegan las importaciones de Chile, donde se sabe que se aplican controles sanitarios. De ahí que surge una gran diferencia entre la magnitud de los capitales de los vendedores de Sucre y los importadores de Chile. Una gran mayoría de comerciantes de la ciudad –en particular los que venden en las aceras– viajan a Oruro a comprar bolsas con ropa; los negocios mejor constituidos adquieren fardos.

En promedio, un vendedor con alto capital compra “cada semana uno o dos fardos (...), pero los que tienen pequeños puestos, dos veces al mes, depende” explica Vargas.

Según el dirigente, la falta de empleo que existe en Sucre y generalmente en el país hace que los comerciantes se dediquen a este negocio que apenas permite cubrir “las necesidades de sus familias” y “vivir dignamente”.

La creciente demanda de ropa americana, no sólo en el país sino a nivel mundial, marca la atención de nuevos vendedores, por ello el dirigente anuncia también un próximo censo en la ciudad, para conocer una cifra más exacta de las personas que se dedican al rubro.

El CONTROL OPERATIVO ADUANERO (COA)

El negocio que a momentos puede parecer promisorio tiene obstáculos como el control aduanero o la calidad de la mercancía que se compra a fardo cerrado.

“Los funcionarios de COA, son muy abusivos te atropellan, te andan quitando las cosas, tratan como a delincuentes a personas que realmente están trabajando y están llevando el pan de cada día a sus hogares. Este es un negocio, yo pienso, para personas que tienen el derecho al trabajo, que está establecido en la Constitución Política del Estado, pero andamos peor que los narcotraficantes ocultando la mercadería y si nos pillan nos quitan, es un problema”, relata Vargas.

“El COA a veces nos hace llorar porque nos quita nuestra mercadería sin pena ni asco y nosotros con que sacrificio nos estamos juntando el dinero”, coincide Juan Pinedo, otro comerciante de zapatos americanos.

“Para hacer el traslado a nosotros nos complican, nos tratan como si fuéramos los que estaríamos robando al Estado, nos tratan de maleantes en las trancas, como si fuéramos narcotraficantes, nosotros estamos trayendo con nuestro dinero, lindo fuera que el Estado te dé sueldo fijo, genial, lo dejamos, pero nosotros no vivimos de eso. Nos cuesta traer la mercadería”, añade Martha Mamani, vendedora de ropa a medio uso.

La confiscación de la ropa usada supone una pérdida considerable para el vendedor ante la imposibilidad de recuperar su producto.

Con una antigüedad de unos 12 años trabajando en la venta de calzados usados, Juan Pinedo dice que en muchas ocasiones la gente “a mirar nomás entra y sólo gano para el dueño”, explica en referencia al alquiler de su tienda ubicada en la calle Claudio Peñaranda.

Él viaja a Oruro por las noches “quincenalmente, semanal a lo que haya plata, allá es quitonearse, de todo lado viajan allá, desde Argentina, Perú, de todo. Los peruanos llevan (mercancía de zapatos), los más caros y nosotros a lo que tenemos, hay que pelear con ellos” relata.

De la misma forma Abner Vargas, vende zapatos americanos en una tienda en la calle Man Césped, los productos están expuestos en tarimas y en expositores en la pared. Vargas cuenta que en tres ocasiones al realizar el viaje para traer mercadería de Oruro se la decomisaron los empleados del COA; tenía un capital de 8.000 dólares invertidos.

“Y bueno, tampoco se ve a dónde se va esa mercadería, parece que prácticamente se lo usa para fines personales”, denuncia.

Pinedo agrega que escogen la mercadería que traen. “Traemos los buenos calzados uno por uno, no traemos por bolsa. Antes traíamos por bolsa ahora ya no se trae por bolsa, no nos conviene porque basura no más es, algunos sirven, otros están impar, rotos, así viene”, señala.

Este vendedor comenta que el negocio ya no genera ingresos como antes. Confiesa que sólo alcanza “apenas para mantener a mis hijos, ellos están en la escuela Benjamín Guzmán y ni siquiera hago arreglar bien la casa”

Para Martha Mamani, comerciante de prendas usadas en una tienda de la calle Man Cesped, este negocio es su única fuente de trabajo para mantener a sus hijas. Ya lleva siete años en este negocio y, al igual que otros vendedores, viaja periódicamente a Oruro para traer mercadería.

Su vecino, Juan Carlos Ávila, explica que expone su ropa los días jueves, viernes y sábado, momento en el que abre los fardos para el público. La mejor ropa es disputada por los compradores y dejan otra parte. “Después está ahí, la ropa mala no sale y tenemos que votarla, a los mecánicos se los vendemos para trapos. A veces compramos por prenda, en los fardos hay cosas buenas y cosas malas, no siempre se gana, como todo en la vida, así es la vida, así es la suerte”, se sincera.

“Lo único que nosotros queremos es trabajar y que nos dejen trabajar, que nos dejen vivir, porque somos gente humilde, trabajadora y queremos ganar dinero honestamente”, pide Ávila al dirigirse al presidente Evo Morales.

En el sector de la plaza San Juanillo, doña Máxima Medrano es parte del grupo de personas que venden en el piso. Ella viaja los lunes a Oruro y vuelve el martes por la mañana. “Nosotros traemos en bolsas pequeñas y hasta de eso nos controlan, por esa parte deberían tener un poco de paciencia también los del COA porque no traemos con harto capital con poco capital traemos”, lamenta.

La propuesta de ley impulsada por el Ejecutivo y los pequeños empresarios, busca prohíbir la venta de ropa usada en el país y delegar el control a las alcaldías. Fue “como un balde de agua fría” para Medrano, porque el negocio de ropa usada es la única fuente de ingresos para su familia. “Sino con qué vamos a mantener a nuestros hijos, yo tengo hijos que están en la Universidad con este negocio mantengo” añade.

“En Oruro existe control sólo para las que traemos poca mercancía y las grandes mayoristas que traen de Chile, Iquique no hay control, sino deberían controlar en la frontera para que no entre de una vez”, señala.

El 21 de junio de 2006, el gobierno del presidente Morales aprobó un decreto en el que se establecía el 21 de abril de 2007 como plazo final para la importación de ropa usada al país, y el 1 de marzo de 2008 como plazo indefectible para la venta. El Gobierno argumentó en esa época la defensa de la soberanía del país y que éste no era el basurero de Estados Unidos. No se avanzó en la reglamentación de dicho decreto y los plazos nunca se hicieron cumplir.

Cifras del sector

Un anteproyecto de ley impulsado por el Ejecutivo y la Micro y Pequeña Empresa, establece la prohibición de la venta e importación de ropa usada, para proteger la industria nacional. El mismo congeló su debate en el Comité de Industria y Comercio de la Cámara de Diputados ante la protesta de los comerciantes en varias ciudades del país.

La Comisión Nacional de Prendería de Ropa Usada decidió mantener en suspenso sus medidas de presión hasta reunirse con el presidente Evo Morales. El encuentro se suspendió en distintas oportunidades por la agitada agenda presidencial; la última fecha tentativa era el 27 de mayo.

La Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa defiende dicho proyecto de ley y lo califica como "un hecho histórico" para su sector, porque defiende la industria del país y miles de fuentes de empleo. Este sector además demanda la aprobación de una ley de asignación de competencias para que las alcaldías se inserten en la lucha contra el contrabando de ropa usada.