miércoles, 23 de noviembre de 2016

Confeccionistas en su peor hora apuntan a una marca regional



“No podemos emplear ni generar más empleos acá, estamos en decadencia”, indica Álvaro Coria, gerente administrativo de Conar, una empresa del rubro de confección de textiles.

En los últimos cinco años, más de mil industrias de este tipo cerraron puertas en todo el país.

La falta de materia prima, el ingreso de ropa usada y de contrabando, la falta de protección a los confeccionistas nacionales y la falta de mercados son factores que en la última década asfixiaron a las micro y pequeñas empresas (Mypes) y pusieron en riesgo a varias empresas del rubro textil, que, en otro tiempo, era uno de los más sólidos en Cochabamba.

A raíz de esa situación, la Cámara Departamental de la Industria de Cochabamba (Camind) impulsó la creación de la marca "Llajta Moda" con el objetivo de promover y defender la producción nacional, así como abrir espacios de exposición para generar mayor presencia del sector textil.

"Consiste en mostrar la potencialidad de industrial, la creatividad de diseñadores, la belleza de la mujer cochabambina, la mujer boliviana, que además estará complementado con el arte y la cultura de nuestra tierra", explica el presidente de la Camind, Antonio Fernández.

Por su parte, el presidente de la Federación Departamental de la Micro y Pequeña Empresa (Fedemype), Salustiano Acapa, indica que las unidades productivas no asociadas a la Camind trabajan de forma paralela en un proyecto de etiquetado de prendas.

"Es para que se identifique la manufactura boliviana porque trasladan las prenda de uno a otro departamento. Con esa marca ya no van a pasar por problemas de incautación”, explica.

Sin embargo, Fernández advierte que otro de los objetivos de "Llajta Moda" es "unir a todos los gremios relacionados con la industria de la moda" generando nexos con otros sectores que no necesariamente están vinculados con Camind.

Fernández añade que los trabajos de promoción de la nueva marca aún están pendientes. El lanzamiento oficial aún no tiene fecha.

"Tenemos que trabajar seriamente en nuevas medidas de protección de nuestras fronteras que limiten el ingreso de mercadería textil, sobre todo Perú, China y Brasil", afirma Fernández.

Declives

El sector textil atraviesa actualmente uno de sus peores momentos. Según un balance de las Mypes, hace 10 años, una unidad productiva textil (microempresa familiar) en Cochabamba contrataba hasta 20 operarios. Actualmente, llega a un máximo de dos porque la caída de la producción redujo la actividad al núcleo familiar para ahorrar.

En el departamento existen cerca de 5 mil unidades productivas, cada una compuesta por tres o cuatro personas, pero según Acapa, en época alta (fin de año) se contratan entre dos y tres operarios más para satisfacer la demanda interna.

Este sector atraviesa por los mismos problemas que la industria textil, sobre todo la falta de materia prima. Sin embargo, en los últimos meses, Fedemype logró consolidar un contrato para el abastecimiento de 300.000 dólares de materia prima para la fabricación de jeans como un incentivo para los confeccionistas.
El material será distribuido entre mil unidades productivas y se gestionará más material en los siguientes meses.

Fernández explica que la creación de la marca "Llajta Moda" está relacionada con la campaña de lucha contra el contrabando denominado "No apagues Bolivia".

La campaña busca generar conciencia en la población incentivando el consumo nacional y explicando cuáles son los daños que conlleva el contrabando para el país y las fuentes de trabajo.

Paralelamente existe una relación estrecha con la marca "Hecho en Bolivia". "Sin duda, nuestro sello Hecho en Bolivia, está dirigido a empresas bolivianas pequeñas, medianas y grandes de distinto rubro que utilicen mano de obra y la materia prima nacional, que podrán identificarse con el uso y la aplicación del sello", indica Fernández.



UNIDADES PRODUCTIVAS ESPERAN MODIFICACIONES EN LAS NORMAS VIGENTES

Presencia de contrabando y ropa usada amenazan la industria textil

El ingreso de contrabando y la venta constante de ropa usada en los mercados locales amenazan la generación de empleos en el rubro textil, según el presidente de la Federación Departamental de la Micro y Pequeña Empresa (Fedemype), Salustiano Acapa.

El dirigente explica que actualmente lo que ataca al sector textil es el "contrabando hormiga". "Hay compañeros que meten (mercadería) en mochilas, como un bultito", ilustra.

Por su parte, el gerente administrativo de la empresa Conar, Álvaro Coria, lamenta la afectación del contrabando al sector textil. “Bajamos el personal en un 80 por ciento. La producción no es como hace un par de años. Están aumentando los contrabandistas, aumenta la ropa usada en las tiendas”, señala en video testimonial de la Cámara de la Industria.

Según el presidente de la Camind, Antonio Fernández, el sector textil en Bolivia está atravesando una de sus peores etapas. En la última década se evidenció un decrecimiento en el sector llegando a tener como resultado una balanza comercial negativa,

Fernández indica que varios son los factores que afectan a la industria textil en Bolivia, entre ellos la caída de la producción que está relacionada con la falta de materia prima, el ingreso de ropa usada y de contrabando y la devaluación de los países limítrofes que abarata las prendas de Brasil y Argentina.

Respecto a la competencia a partir de la importación legal, sobre todo de la ropa china, Acapa indica que es insostenible. Pone como ejemplo que un buzo confeccionado en Cochabamba cuesta cerca de 30 bolivianos. La misma prenda importada de China, 15.

Según Acapa, en una reunión que sostendrán con el Ministerio de Desarrollo Productivo para tratar temas relacionados a la venta de ropa usada, se planteará que el Decreto Supremo 28761 que prohíbe la internación de la ropa usada se eleve a rango de ley. A través de ese mecanismo, los gobiernos autónomos municipales tendrán la tuición de control en la venta de la ropa usada a través de las intendencias.



ANÁLISIS

Jimena León. Estadística IBCE

Las exportaciones de textiles no están pasando por su mejor momento. Es uno de los sectores más deprimidos que van en picada.

Lejos quedaron los niveles de exportación por encima de los 50 millones de dólares. Concretamente, en 2010, el sector textil del país logró exportar más de 56 millones de dólares, para luego ir en declive paulatinamente año tras año.

Hasta septiembre del 2016, las exportaciones de textiles del país según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), sumaron sólo 6 millones de dólares con un volumen de 467 mil toneladas. Estas cifras están muy por debajo de lo registrado en el mismo período de la gestión pasada, cuando se tenía ya exportado más de 17 millones de dólares por un volumen de 800 mil toneladas.

En términos porcentuales la baja fue de 67 por ciento en valor y 42 por ciento en volumen.

En el pasado, Estados Unidos fue nuestro principal mercado de destino para la venta de textiles. Con la pérdida de la Ley de Preferencias Comerciales Andinas y de Erradicación de Drogas (Atpdea), Venezuela ocupó su lugar, pero sin lograr los niveles de compra que Estados Unidos.

Al tercer trimestre de 2016, Venezuela fue desplazado por Chile, que ahora ocupa el primer lugar como destino de los textiles bolivianos con una participación del 17 por ciento. Le siguen en importancia Estados Unidos con el 14 por ciento y Paraguay con el 12 por ciento. Se exportó a un total de 34 países.

La situación del sector textil se traduce en el cierre de industrias como la Empresa Nacional Textil (Enatex) mediante Decreto Supremo 2765 del 15 de mayo.

La situación termina afectando a la generación de nuevos empleos y el país poco a poco pierde su vocación exportadora textil.