viernes, 26 de abril de 2013

Condenan a marcas de ropa por “talleres de la miseria”

Las organizaciones de defensa de los obreros del sector textil en Bangladesh imputan la responsabilidad de los numerosos accidentes en este lucrativo sector a los patrones sin escrúpulos, la negligencia del Gobierno y la indiferencia de las firmas de ropa occidentales, más preocupadas por los costos de producción que la seguridad. Al menos 200 personas murieron en el derrumbe el miércoles de un edificio en el que funcionaban cinco talleres de confección, un nuevo accidente en este sector que generó el año pasado 20.000 millones de dólares a la exportación y contribuyó a que la etiqueta “Made in Bangladesh” ingresara en casi todos los hogares occidentales. Precarias condiciones Algunos empleados del sector textil que trabajaban en el edificio Rana Plaza de Savar, en la periferia de Dacca, recibían 37 dólares por mes para fabricar prendas destinadas, entre otras marcas, a la británica Primark. En noviembre de 2012, un incendio en un taller textil cerca de Dacca se cobró la vida de 111 empleados, en su mayoría mujeres, lo que provocó una polémica sobre las condiciones de trabajo y de seguridad de los obreros de esta industria, la segunda más importante del mundo. Este taller no contaba con equipos de lucha contra incendios, las salidas de emergencia estaban bloqueadas y los obreros habían recibido la orden de permanecer en sus puestos a pesar del humo, ya que sus jefes aseguraban que se trataba de un ejercicio de alerta. Sobre el accidente del miércoles, a pesar de una evacuación del Rana Plaza la víspera luego de que empleados constataran fisuras en el edificio, sus jefes les pidieron que regresaran a trabajar. “El Gobierno promete desde hace años tomar medidas significativas para mejorar la seguridad en los talleres de confección, pero jamás cumplieron sus promesas”, denuncia Scott Nova, director de la ONG Worker Rights Consortium, en Washington.

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