lunes, 11 de septiembre de 2017

Textileras SUBSISTEN con calidad y tecnología



Agobiadas por el contrabando, la internación de productos de bajo precio y la falta de apoyo estatal, textileras bolivianas se resguardan en la calidad y la tecnología para mantenerse en el mercado y expandirse a otros países.

Para continuar con su trabajo, el rubro también debe salvar obstáculos como la falta de insumos de calidad en el mercado nacional y su consecuente importación —lo que encarece los costos de producción—, y la gran presión tributaria, coinciden confeccionistas.

“Nosotros sobrevivimos. En este momento, es demasiado difícil continuar en el rubro”. Este año “no tenemos ni meta de crecimiento”, dijo Marco Cardona, gerente general de Pintec SRL.

Datos del INE y del IBCE alertan que las exportaciones nacionales de textiles cayeron en 80,7% en los últimos siete años, pasando de $us 57 millones en 2010 —en el que se registró el pico máximo de las ventas externas— a $us 11 millones la pasada gestión, el nivel más bajo en los últimos 14 años.“Las perspectivas son definitivamente negativas. Si seguimos bajo este ritmo nos vamos a plantear seriamente el cierre de la empresa”, lamentó Cardona.

Oferta. Esta situación mantiene preocupada a la Cámara Nacional de Industrias, que demandó al Gobierno proteger al sector del contrabando de ropa usada y darle incentivos para competir con los productos de menor precio importados de forma masiva.

Para evitar el destino que en los últimos años tuvieron muchas micro y pequeñas empresas, Pintec SRL desarrolló un proceso continuo de mejoramiento de la calidad de su producción, un servicio posventa, la digitalización de sus procesos de venta y de atención al cliente, y la inclusión de garantías para parte de su oferta.

Pese a lo anterior, afirmó Cardona, “es muy difícil implementar una estrategia a largo plazo cuando el Gobierno cambia las reglas del juego a mitad del partido”.

Este panorama se enfrenta “principalmente con innovación”, aseguró por su parte Jesús Acosta, gente general de Cotexbo, asociación que presta al rubro servicios en capacitación, asistencia técnica, desarrollo de productos, y exploración y apertura de mercados.

Para competir en los mercados local y externo, agregó el técnico, los textiles bolivianos deben “ser elaborados con materia prima, cortes y diseños de calidad”, además de “llamar la atención” de los clientes y “diferenciarse” de ofertas de otros países.

Pedro Carazas, gerente propietario de Pecabol, concuerda en que la innovación debe ser un elemento fundamental de la cadena productiva, pero también de la línea de comercialización, lo que sumado a la calidad de la oferta y “el cariño” con el que se produce consigue fidelizar al cliente.

Para Álex Zegarra, gerente comercial de PureCotton, las claves para seguir en el mercado son una gestión austera, mantener y mejorar la calidad de los productos, y la fidelización de los clientes.

“No hay desarrollo sin tecnología y no hay desarrollo sin inversión”, afirmó el ejecutivo de PureCotton, cuya última incorporación tecnológica fue un software de patronaje que disminuyó la pérdida de tela e hizo que el proceso sea más ágil, lo cual a su vez aceleró la producción y redujo el precio final de las prendas.

Por la contracción global de la economía, este “no es momento de competir con precios sino con calidad”, subrayó a su vez Jorge Ballesty, gerente de Ventas de Plastic Concept, organizadora de la Expotextil de Perú, país que en el primer semestre de este año exportó solo a Estados Unidos $us 300 millones en prendas.

Comercialilzación. “Competir con precios es pelearse con China, Vietnam y países de Sudamérica que tienen una mano de obra muy barata, pero con tecnología adecuada se puede conseguir mercados que estén buscando no solo precio sino también calidad”, agregó el representante.

En la feria peruana se podrán encontrar cortadoras láser, máquinas que con menos recursos (agua, luz, horas hombre) permiten una mayor producción en menor tiempo, telas con acabado preparado e inteligentes que, por ejemplo, repelen la sudoración, los hongos y los mosquitos, así como avíos que facilitan el trabajo.

“Cuando las cosas están mal, hay que hacer cosas diferentes, no puedes seguir en lo mismo porque las cosas no van a cambiar”, sentenció Ballesty e invitó a las textileras bolivianas a ser parte del encuentro internacional.

La XI Feria Internacional de Proveedores para la Industria Textil y de Confecciones se realizará en Lima del 19 al 22 de octubre. En la edición anterior participaron 266 empresas de 17 países, 142 nacionales y 124 extranjeras, 24% de las cuales fueron de Bolivia.



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