miércoles, 21 de octubre de 2015

La importación de productos textiles

El artículo sobre los éxitos en las recaudaciones aduaneras por concepto de productos textiles (Página Siete, 26/09, 2015) muestra que hasta agosto de este año se han importado 630 toneladas de ropa usada y 61 toneladas de ropa nueva, equivalentes a 151 millones de bolivianos, lo cual ha reportado 62 millones de bolivianos al Estado por concepto de aranceles.
Esa información aduanera no es correcta porque supone que los aranceles equivalen al 41% del valor. El arancel varía entre 5% y 10% y, por lo tanto, el valor de la importación es de aproximadamente 900 millones de bolivianos (1,3 millones de bolivianos por tonelada).
Por una simple regla de tres, conocimiento mínimo que deberían tener la presidenta de la Aduana Nacional y su directorio, en 2015 se importarán 945 toneladas de ropa usada y 92 toneladas de ropa nueva, que tendrán un valor de 1.170 millones de bolivianos. Si a este valor se suma el contrabando, el mercado de textiles nacional representa 1.800 millones de bolivianos, equivalentes a más de 250 millones de dólares, valor al que hay que adicionar la creación de empleo, la adquisición de materias primas y de servicios.
Este valor de importación, en lugar de ser mostrado como un trofeo, debería ser una vergüenza y ser el argumento para planificar la producción textil a base de los pequeños productores de prendas de vestir y que en la actualidad no participan en este importante movimiento productivo y comercial.
El argumento de que todo lo que viene del exterior es mejor, incluyendo la ropa usada, es un tema que debe cambiar y ser parte de la ideología del actual gobierno para promover el consumo de lo nuestro.
Sin embargo, con la política de las compras "llave en mano” y el beneplácito de la Aduana por recibir los diezmos de la importación de productos que se pueden fabricar en el país se echa por la borda y se renuncia en forma institucional a la planificación industrial en serio.
Gabriel Loza (Página siete, 27/09/2015) es contundente cuando dice que "la idea es cuando un país en desarrollo se abre al comercio exterior, su sector manufacturero es doblemente golpeado, por un lado sin ventajas comparativas en manufacturas, revirtiendo el proceso de la sustitución de importaciones”.
Históricamente somos un país que ha vivido de la exportación de materias primas que nos ha dado la naturaleza, sin ningún esfuerzo para los bolivianos. Cuando será el día que exportemos productos en los cuales participemos en su producción, con esfuerzo, ideas y capacidad.

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