domingo, 10 de enero de 2016

Luzamarifex confecciona ropa personalizada para empresas

Cada año, Confecciones Luzamarifex realiza unos 3.000 overoles, al menos 500 chalecos y otras prendas a pedido de instituciones públicas y privadas, además de otra producción destinada a la venta en diferentes comercios de todo el país.
Al mirar hacia atrás, a aquella época cuando ella y su madre comenzaron con dos máquinas -una overlock y una recta- y producían a lo mucho una docena de overoles al mes, entre otros pocos artículos, la emprendedora María Luz Flores está segura de que independizarse fue una gran idea. Ahora, 10 años después del inicio, en su taller cuenta con seis overlocks y cuatro rectas, además de una máquina de cortar telas.
El deseo de emprender en el rubro de la confección estuvo presente en ella siempre. Su madre había trabajado casi toda su vida en la fábrica Amex, que luego pasó a llamarse Ametex, el emporio textilero que llegó a tener hasta 2.500 empleados en los buenos tiempos del rubro textil boliviano.
Cuando María Luz se hizo joven también ingresó a las filas de esa empresa, pero siempre tuvo la intención de capitalizar los conocimientos de su madre y de ella para iniciar un negocio nuevo. El momento llegó cuando su hijo mayor cumplió ocho años y ella sintió que sus pequeños le demandaban cada vez más atención; María Luz necesitaba un trabajo que le diera flexibilidad de horarios y, por otro lado, con la complicación del mercado para los textileros, aumentaron también las complicaciones para los trabajadores, ya que debían producir más en menor tiempo para mantener sus bonos.
El "sincero” inicio
"Como siempre habíamos trabajado en producción en línea, mi mamá y yo no sabíamos hacer confecciones completas, así que decidimos aprender por nuestro lado. Yo desataba las ropas de mis hijos y de mi esposo y veía cómo estaban armadas para hacer lo mismo”, cuenta la empresaria Flores que comenzó a operar en una habitación vacía que había en la casa de su abuela.
Recuerda que cuando concretó su primer contrato fue honesta con su clientes. "Les dije que aún no éramos expertos, pero que haríamos nuestro trabajo con mucho cuidado y nos salió muy bien”, señala. Así consiguieron a sus primeros clientes.
"Mis hijos y mi esposo fueron un gran apoyo porque yo practicaba haciendo ropas para ellos y, aunque no me salieran bien, las usaban y me animaban a seguir con el aprendizaje”, asegura María Luz. Empero, el afianzamiento del manejo de las técnicas llegó después de que ella y su madre tomaron cursos para mejorar sus conocimientos.
Diferenciación
El pasado año, Confecciones Luzamarifex fue premiada entre los mejores emprendedores por la Alcaldía de La Paz. Flores considera que eso se debe al plus que le dieron a su producción; "hacemos prendas personalizadas a pedido de las empresas, y las hacemos como ellos quieran”, explica la empresaria.
Cuando la empresa tiene una cantidad de pedidos importante incluso contrata a personal eventual que se suma a los dos trabajadores estables. Por otro lado, la empresa -como la mayoría de los emprendimientos- es familiar. Su esposo, Yonny Moscoso, es quien se dedica a realizar la entrega de los pedidos o distribución de producción comercial. Asimismo, su madre sigue apoyando en la empresa.
Confecciones Luzamarifex cuenta con la preferencia de instituciones como Yacimiento Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) e industrias mineras. "Nuestros asiduos clientes eran los de la Empresa Minera Inti Raymi, pero creo que cerró y tuvimos que buscar otros pedidos”, dice Flores.
Luzamarifex atiende pedidos en los teléfonos 73015236 y 72090067.

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