miércoles, 14 de junio de 2017

Comerciantes de ropa de invierno deploran bajas de 30% en ventas



Noemí Guzmán decidió cerrar su fábrica de calzados en 2012, desilusionada por la fuerte carga impositiva y constantes demandas laborales, ya que no podía afrontar los costos de los beneficios sociales impulsados por el Gobierno Central. De este modo, puso fin a su sueño de 15 años, llenos de sacrificios, pero también de deudas en el banco, ya que durante este periodo invirtió 200 mil bolivianos en materias primas y otros 200 mil en maquinarias y equipamientos.

Desde hace tres años ofrece ropa de invierno en su tienda ubicada en la avenida San Martín, a pocos metros del Palacio de Justicia de Cochabamba. Dejó la producción nacional para dedicarse a la reventa de productos importados. Para ello tuvo que despedir a las 35 personas que empleaba en su emprendimiento. A pesar de sus esfuerzos, considera que poco se vende hasta el momento.

“Estamos en la lucha, no está mejor”, sostiene para describir el estado actual de su negocio. En junio del año pasado lograba vender unas 30 prendas por día. Este año, la cifra ronda por los ocho. “Muy poca gente compra, estamos hablando de un porcentaje mínimo porque la mayoría de la gente compra en el mercado ropa nacional, y en este lugar están usando las del banco, abogados, del juzgado”, agregó.

Cae la temperatura, y con él las temperaturas, pero las ventas de ropa invernal parecen estar igual de frías. Al menos así lo expresan los comerciantes de esta indumentaria en los mercados de la zona sud, tiendas y otros centros comerciales, en entrevista con este medio.

Los vendedores advierten, en promedio, de una caída en las ventas que varía entre el 20 y el 30 por ciento con relación a junio del año pasado. El contrabando, la fuerte competencia, la oferta de ropa usada y un contexto de crisis económica nacional son algunos de los factores señalados por los comerciantes para interpretar las bajas ventas en lo que va del mes.

En contrapartida, las prendas de vestir también suben de precio. Los vendedores calculan que hubo un promedio de 20 bolivianos de incremento por unidad, lo que contribuye a agravar la situación del comercio durante la temporada de frío.

Los comerciantes minoristas adquieren las prendas importadas desde los puertos de Chile y Perú, con un fuerte porcentaje de ropa fabricada en Corea del Sur, seguida por la mercadería china, según los testimonios coincidentes recabados por los comerciantes.

Por su parte la vestimenta nacional es relegada por los comerciantes, ya que consideran que no tienen una buena calidad de materias primas, aunque sí de costura. Por este motivo, ofrecen prendas fabricadas en La Paz, seguidas de las cochabambinas.

El caso de Noemí Guzmán no es el único, más al contrario, se repite en otros sitios de la ciudad y otras modalidades del mismo rubro. Tal es el caso de Marta Laura, una comerciante que vende ropa invernal desde hace 30 años en inmediaciones del mercado San Antonio, quien afirma que la crisis en las ventas le impide pagar la luz de su puesto y de su casa.

“Las ventas cayeron a la mitad, antes me vendía 300 o 400 bolivianos al día. Ahora se vende 200 bolivianos, a veces sólo dos o tres prendas al día. Eso es para comer. Para los caseros y para el depósito no ganamos más nada”, explicó Laura.

Productores reportan pérdidas

El presidente de la Federación Departamental de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Fedemype), Salustiano Acapa, sostiene que en esta época del año los productores lograban vender hasta el 80 de su producción.

Según Acapa, en julio ya se vendía el 100 por ciento de la producción de la temporada. Sin embargo, el contrabando y la falta de control por parte del esto hace que esto ya no ocurra.

Las pérdidas para el sector se posicionan en un promedio del 40 por ciento durante esta temporada, lo que contribuye a la generación de más desempleo entre los pequeños y medianos empresarios locales, añade. “Tenemos que despedir no podemos estar soportando, hacer producir, producir y ya después no poder comercializar porque ya no se puede, no hay la capacidad de sostener a estos compañeros trabajadores”, agrega.

Por su parte, el presidente de la Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (Conamype), Humberto Valdivieso, afirma que las ventas de la ropa de invierno a nivel nacional han caído en un 60 a 70 por ciento en los últimos seis años. “No hay un control de la Aduana, no hay materia prima, no existen parques industriales, no hay condiciones de trabajo en Bolivia. Por eso es que hay una aceleración hacia el contrabando, y una desaceleración profunda hacia la producción”, agrega Valdivieso.

Finalmente, sostiene que nuestro país no cuenta con las condiciones que permitan dar competitividad a los emprendedores frente a las caídas de las ventas registradas durante las temporadas que antes eran sólidas para el comercio.



"Conamype reporta un descenso de 70% en los últimos seis años"



LA MICROEMPRESA PIDE LA APROBACIÓN DE UNA LEY QUE REGULE ESTE MERCADO

Culpan a la ropa usada, pero también se reportan bajas en las ventas de este rubro

Los presidentes de la Federación Departamental de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Fedemype), Salustiano Acapa, y de la Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (Conamype), Humberto Valdivieso, además de los comerciantes de ropa de invierno consultados por Los Tiempos, aseguran que la venta de la ropa usada es uno de los factores primordiales que ocasionaron la caída de su mercadería. Sin embargo, los vendedores de ropa usada de Cochabamba también se quejan de bajones de 30 por ciento en sus ventas.

El secretario general del Comité de la Ropa Usada de Cochabamba, Ediberto Colque, asegura que el comportamiento negativo de las ventas fue provocado por la continua aparición de revendedores provenientes desde el occidente del país, como las ciudades de Oruro y La Paz.

“El año pasado todavía estaba un poco mejor, ha habido siempre un bajón, hay una competencia desleal y realmente una proliferación de comerciantes y no es solamente en Cochabamba es a nivel nacional, sostiene.

Según Colque, el desempleo y la falta de políticas públicas por parte del Gobierno contribuyen a que muchas familias desempleadas decidan invertir pequeños montos de dinero para la venta de ropa usada.

“En época de invierno subía el consumo de ropa gruesa, ropa de abrigo, como poleras mangas largas, chompas, chamarras, todo eso. En este tiempo un poquito se eleva la venta, pero no siempre como antes. Es difícil que lleguemos a la comercialización como en las anteriores épocas”, dijo Colque.

Berta Camacho, que tiene su puesto de venta de ropa usada en la avenida San Martín, confirma las estimaciones de Colque. Su negocio, según explica, soporta una disminución del 20 por ciento de sus ventas con relación a 2016. A pesar de ello, asegura que logra mantener ese porcentaje, ya que importa ropa de primera calidad fabricada en Europa y Estados Unidos, lo que atrae a sus clientes.

“La gente no quiere la mercadería nacional porque dice que no dura, no les aguanta. Dicen que es desechable, una puesta y ya no hay”, explica.

Asimismo, agrega que las chamarras, las poleras, los chalecos y abrigos de pluma son los productos que los clientes prefieren para esta temporada, cuyos precios varían entre los 100 y 180 bolivianos, dependiendo de la prenda.

Ley mypes y de competencia

El presidente de Conamype, Humberto Valdivieso, quien ve en la ropa usada una competencia desleal, resalta la importancia de la ley de la Micro y Pequeña Empresa. Asimismo, reitera la necesidad de avanzar en la ley de competencias para el control de ropa usada, que permitirá reforzar el sector productivo de Cochabamba.

“Vamos a exigir que salga esa ley porque se tiene que controlar el mercado y el mercado está avasallado de ropa usada y de ropa china”, explica.

La ley mype establece la creación de un fondo de 10 millones de bolivianos para canalizar créditos y proyectos productivos.

También establece la creación de un registro único para las micro y pequeñas empresas que permitirá la acreditación para el funcionamiento legal.



"LA ROPA USADA HACE REBAJAR"

Cándida de Crespo vende ropa de invierno desde hace 30 años en el mercado de San Antonio. Ofrece chompas desde 50 bolivianos

Cándida de Crespo ofrece chamarras, chompas y otras prendas de invierno desde hace 30 años en su puesto ubicado en el mercado San Antonio de Cochabamba.

Su trabajo le permitió mantener a su familia y hacer estudiar a sus hijos. Sin embargo, el ingreso de ropa usada a los mercados de la ciudad provocó una caída del 30 por ciento en sus ventas, según explica. “Ha bajado especialmente este año. Hay mucho comerciante de la ropa usada. Es lo que hace rebajar harto, especialmente de la ropa usada, hace que se pierda que nosotros podamos vendernos”, dice.

Para esta temporada, ofrece prendas chilenas y peruanas, además de paceñas en costos que van desde los 50 hasta los 150 bolivianos. La comerciante tuvo que aumentar cerca de 20 bolivianos por cada unidad, debido al incremento registrado con los mayoristas.

A pesar de los aumentos, los clientes adquieren principalmente chompas desde 50 hasta 60 bolivianos. La comerciante afirma que son sus peores ventas de los últimos cinco años. Sin embargo, el conflicto comenzó a generarse hace más de 20 años, con la reubicación de las familias mineras que adquirieron ropa usada para subsistir, asegura.

“La peor época sería lo que nos ha arruinado la ropa usada, porque más antes ropa nacional sabíamos agarrar. Ahora, importado. Era tranquilo, había venta”, explica.



"PREFIEREN ROPA EXTRANJERA"

Juan Policarpio ofrece chamarras que trae desde la ciudad de La Paz. Destaca la calidad del cuero paceño y también de las telas coreanas

Las chamarras que Juan Policarpio ofrece en su puesto del mercado La Paz dejaron de venderse un 30 por ciento menos que el año pasado, según sus cálculos. Sólo ofrece chamarras y abrigos coreanos, porque considera que sus clientes prefieren este tipo de prendas, ya que son más “conocidas” que las que se producen en Cochabamba o La Paz, aunque cuesten más.

“Más que todo es la ropa usada (la causa de sus bajas ventas). Es la gran dificultad para todos los comerciantes de aquí. No tenemos materia prima buena para este tipo de prendas, tal vez algunas prendas ha mejorado la calidad de la materia prima”, explica.

Cientos de vendedores deben afrontar el incremento de las prendas al por mayor que adquieren en los puertos de chilenos y peruanos. Asimismo, se ven obligados a incrementar el precio de sus prendas al público para lograr obtener ganancias entre 15 y 40 bolivianos.

“El año pasado podríamos vender por lo menos unos 2 mil bolivianos diario, hoy en el día ni a mil llegamos”, lamenta el comerciante.

La escasez en las ventas se hacen notar en el mercado La Paz, según constató este medio durante un recorrido a diferentes comercios. Los clientes se acercan, preguntan y siguen caminando en busca de mejores precios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario